Las dietas de desintoxicación son un tema del que probablemente hayas oído hablar o incluso que hayas probado. Se han convertido en un fenómeno real porque estas dietas prometen una rápida pérdida de peso, una mejor digestión, un sistema inmunológico más fuerte y sobre todo la milagrosa eliminación de toxinas del organismo. ¿Pero debería ser así?

El cuerpo humano es tan complejo que tiene su propio sistema para protegernos de las toxinas que provienen de los alimentos, el medio ambiente y nuestro estilo de vida. El hígado es el órgano principal que tiene esta función, junto con los riñones, el tracto gastrointestinal y el sistema inmunológico.

Las dietas detox se componen principalmente del consumo exclusivo de frutas y verduras crudas o de su jugo a las que se pueden añadir diversos complementos que contienen vitaminas y minerales.

La idea de seguir una dieta de este tipo para eliminar toxinas del cuerpo no tiene respaldo científico. En cuanto a la pérdida de peso que es visible, se debe a la pérdida de agua y glucógeno (la forma de almacenamiento de los carbohidratos) ni a la forma de engordar. Además, siguiendo una dieta de este tipo, puede tener los siguientes síntomas: fatiga, mareos, falta de energía debido al hecho de que no proporciona al cuerpo las necesidades calóricas diarias. Al volver a los viejos hábitos alimenticios después de una dieta de desintoxicación prolongada, es posible aumentar de peso.

Para mantenerse saludable es necesario seguir las reglas de una dieta equilibrada con cinco porciones de frutas y verduras al día, muchos cereales integrales, comer carne magra, pescado y productos lácteos bajos en grasa. No intente ninguna dieta que prometa mucho o que haya funcionado para una persona. Cada persona es diferente, esto también es cierto en términos de nutrición. ¡Consulte a un nutricionista para obtener información precisa y con base científica sobre una nutrición adecuada!

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