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La fiebre es la respuesta del organismo a un agente agresor que puede ser externo, como los virus y las bacterias ó también internos como cuando se presenta un cáncer, un tumor ó una enfermedad auto inmune. Cuando hay fiebre todas las funciones orgánicas se aceleran. La fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro organismo para sobrevivir a los ataques del medio. |
Antes de entrar en materia, es bueno saber que el niño sano no siempre mantiene una temperatura constante, esto puede deberse a variaciones dadas por el clima, la hora del día, la alimentación, el tipo de actividad que el niño realice, sin embargo la diferencia no es significativa. En niños mayores, la actividad física tiene menos efecto sobre la temperatura, mientras que los bebés se acaloran con facilidad.
La fiebre es un síntoma muy frecuente en la niñez siendo una de las principales causas de consulta médica. La fiebre traduce aumento de temperatura corporal. Con la fiebre se aceleran las funciones orgánicas, el corazón trabaja más rápido, se acelera (taquicardia ó corazón acelerado), para que llegue mas sangre a la célula. Las células que se encargan de defender al organismo (leucocitos), se multiplican a gran velocidad para ganarle la batalla al agresor, por eso es importante realizar exámenes complementarios, que pide su médico como la hematología completa y plaquetas para conocer realmente lo que está pasando.
Muchos padres en la desesperación, sin saber el grado en que se encuentra la temperatura, comienzan a suministrar todo tipo de medicamentos para hacerla descender (incluyendo antibióticos a dosis inadecuada y en cantidad excesiva ó insuficiente). Los medicamentos tienen su indicación precisa a dosis adecuada (de acuerdo al peso del niño), por lo que debe ser indicada por un profesional debidamente calificado, preferiblemente un médico pediatra.
Tus hijos y la fiebre
Cuando su hijo presenta una temperatura superior a 38.5º C (rectal) podemos decir que estamos en presencia de una fiebre.
En niños menores de 7 años es importante tener en casa un termómetro preferiblemente rectal, el cual debe colocarse en el bolso de salir al centro de salud o a la evaluación con el pediatra, ya que el termómetro debería ser un implemento individual, así podemos evitar contaminación con termómetros usados en otros niños y podemos controlar la temperatura mejor en casa, luego de ser usado el termómetro debe pasársele un algodón con alcohol para desinfectarlo ó lavarlo. En niños mayores de 7 años al igual que en los adultos es conveniente un termómetro oral.
La temperatura de 38.5º C se considera febrícula, la cual puede resolverse con un baño con agua templada por 15 minutos ó con medios físicos como compresas de agua fría en la frente, axilas, tórax y fricciones en el cuerpo con agua, recurrir luego al pediatra tratante ó al centro de salud mas cercano. Si persiste en el tiempo y aumenta a más de 38.5º C ya se considera fiebre y se debe dar un baño con agua templada (ni fría ni caliente), para bajar la temperatura se pueden poner pañitos de agua en la frente, axilas y friccionar el cuerpo con las manos húmedas de agua para que la sangre vaya a la superficie y la evaporación ayude a descender la temperatura (son los llamados medios físicos), administrar una dosis de acetaminofen (antipirético) antes de acudir a su médico o a un centro de salud cercano lo mas pronto posible en busca de la etiología del proceso febril.
El acetaminofen
Es bueno aclarar que el acetaminofen, es el antipirético de elección en primera instancia ya que no produce un efecto inmediato, sino que baja la fiebre poco a poco, mientras colocamos los medios físicos (pañitos de agua y fricciones), el acetaminofen baja la fiebre lentamente para no crear una reacción de choque violento en el organismo.
No suministrar medicamentos por indicación de amigos, familia ó vecinos ya que muchas veces ó no son los indicados ó pueden tener efectos colaterales ó su niño ser alérgico sin usted saber y el remedio termina siendo peor que la enfermedad. No aplicar alcohol, ya que esta sustancia puede penetrar al torrente sanguíneo por la piel y crear una intoxicación que conlleve daño cerebral ó ceguera.
Algo que hay que tomar en cuenta es que no debemos bañar al niño que tiene fiebre con agua fría o con hielo. También es importante saber que si descendemos bruscamente la temperatura podemos ocasionar escalofríos y elevar aún mas la fiebre. El niño con fiebre muy alta corre el riesgo de deshidratarse, esto se debe a que con el aumento de la frecuencia cardiaca el cuerpo elimina gran cantidad de agua por la respiración y ésta debe ser repuesta lo mas pronto posible para que la circulación funcione correctamente. Por eso es conveniente ofrecer líquidos para reponer la deshidratación provocada por el estado febril.
La fiebre es una reacción del organismo (de defensa) ante cualquier agente causal (causante del proceso febril). Es importante tomar en cuenta este síntoma ya que generalmente es el inicio ó el único síntoma que se presenta en una serie de procesos como:
- Infecciones producidas por bacterias o virus: Las defensas naturales del organismo del niño reaccionan y luchan para tratar de destruir ese virus o esa bacteria que está atacando su cuerpo. Ejemplo: el sarampión, la lechina, la amigdalitis, otitis e infecciones urinarias, las cuales son frecuentes en esta etapa de la vida.
- La dentición: cuando comienzan a salir los primeros dientes, los niños presentan fiebre.
- Infecciones respiratorias: como bronquitis, neumonías, faringitis etc… las cuales se acompañan siempre de fiebre.
- Emocionales: los niños pueden reaccionar a emociones fuertes con fiebre.
- Insolación: La exposición al sol intenso puede provocar fiebre.
- Las vacunas: Las vacunas pueden provocar reacciones en su organismo por la creación de mecanismos de defensa, y por lo tanto pueden producir fiebre.
¿Cómo podemos medir la temperatura?
Es conveniente si la temperatura inicial es de 38.5º C o más, tomar la temperatura cada 4 horas como mínimo para asegurarnos que la temperatura se está controlando adecuadamente con medios físicos.
La única forma existente de medir la temperatura es a través del uso del termómetro, digitales ó manuales. El manual son los más exactos, consisten en una columna de vidrio con mercurio en su interior, calibrados en grados centígrados desde los 35º C hasta los 42º C. Existen 2 tipos de termómetro manual: el rectal y el oral.
La forma adecuada de tomar la temperatura con los termómetros manuales es:
- Tome el termómetro y agítelo con movimientos rápidos y firmes continuos arriba y abajo con el objeto de que la columna de mercurio caiga debajo de los 35º C.
- Si le vas a tomar la temperatura rectal a tu niño debes lubricar la punta con aceite para niño, vaselina o agua, sepárele las nalgas con el dedo pulgar y el dedo índice de la mano izquierda para localizar el orificio anal. Introduzca suavemente la punta del termómetro y continúe insertándolo aproximadamente una tercera parte del mismo, debes dejarlo ahí entre 1 y 5 minutos mas o menos (dependiendo de la calidad del termómetro), retírelo y lea la escala de valores el punto máximo que alcanza el mercurio es el valor de la temperatura.
- Si la temperatura la vas a tomar en forma oral, colócale el termómetro con el extremo más delgado metálico debajo de la lengua es decir en contacto con el piso de la boca, pídele al niño que baje la lengua y cierre la boca apretando suavemente el termómetro entre los labios y no con los dientes.
- Existe una diferencia de 0.5º C más alta en la temperatura rectal que en la oral, la temperatura oral es siempre 1º C mayor que la axilar.
Pese a la explicación Ud. sigue teniendo dudas, pídale a su médico ó a la enfermera que le explique, lo demás es práctica. Si prefiere puede usar los termómetros digitales, son más cómodos y fáciles de usar.
¿Qué hacer?
Es importante determinar el origen de la fiebre de tu niño, por lo que es recomendable acudir al médico pediatra, quien lo evaluará, le pedirá exámenes complementarios, como lo son los exámenes de sangre, para determinar el agente causal. Mientras los padres tendrán una estrecha vigilancia por la posible aparición de otros cambios asociados como: enrojecimiento, falta de apetito, diarrea, ronchas o lesiones en piel y en caso de los bebés tomar en cuenta su llanto.
Recomendaciones Generales
Lo que no debería hacer:
- Abrigar al niño.
- Cerrarle todas las ventanas y puertas.
- Bañarlo con alcohol u otros aguardientes.
- Bañarlo con agua fría ó con hielos.
- Colocar compresas en la frente con alcohol ó aguardiente.
- Colocar fomenteras o bolsas de agua caliente.
Lo que puede hacer:
- Mantener ventilada la habitación del niño, evitando corrientes de aire.
- Colocar compresas de agua templada sobre la frente y axilas.
- Mantener cubierto ligeramente al niño con sabanas delgadas de algodón.
- Colocarle al niño ropas ligeras y de algodón.
- En caso de fiebre que supere los 39º C es recomendable bañar al niño con agua templada (ambiente).
- Hidratar al niño, ofrecerle suero oral, jugos naturales, agua a libre demanda.
- Mantener la medicación recomendada por el pediatra, cumpliendo los horarios indicados.
- Medir la temperatura con la frecuencia recomendada por su médico sobre todo en casos de fiebre que supere los 39º C.
- Utilizar los antipiréticos recomendados por su pediatra.
- Bañar al niño con agua templada (ni fría, ni caliente, a temperatura ambiente).
Consecuencias de la fiebre
Tu hijo puede llega a tener secuelas graves producto de la fiebre y quedar con problemas de por vida, un niño con fiebre muy elevada puede llegar a convulsionar y puede incluso causarle lesiones cerebrales, las cuales pueden afectar la vida adulta, debilitar su organismo y producir daños irreversibles.
Es importante recalcar que antes de salir en busca de ayuda hay que cerciorarse de que al niño le haya bajado un poco la fiebre, realizar las medidas generales (baño, compresas, antipirético en caso necesario) y luego recurrir al médico.
¿Cuándo se produce una convulsión febril?
Se llama convulsión febril a toda convulsión ocasionada por fiebre que no sea producida por infección a nivel del sistema Nervioso Central (Ej. Meningitis, encefalitis…). Que se produzca entre los 5 meses y 6 años de edad. Son de corta duración menos de 15 minutos. Generalmente los niños después de este tipo de convulsión queda neurológicamente estable. La existencia de un antecedente familiar también es un dato importante. El electroencefalograma generalmente arroja resultados normales.
¿Qué hacer en caso de convulsión?
Acuda rápidamente al médico. Mantener las vías respiratorias libre de todo objeto (nariz y boca), para evitar que el niño se ahogue. Mantén a tu hijo acostado en forma recta y evita que se golpee durante la convulsión. Evitar que el niño se muerda la lengua en caso de tener baja lenguas colócaselo y Si no, puedes usar una esquina de un paño, la enrollas y lo introduces en la boca del niño, para que este muerda el paño y no su lengua.
Debes colocarle almohadas u otro tipo de material acolchado durante el proceso de convulsión para evitar que el niño se golpee.
Nota
Es importante saber cuanto antes el origen de una fiebre, recordando que la fiebre no es mas que un anuncio de que existe una anormalidad en el organismo de un niño. No automedique a su hijo, consulte siempre con su médico pediatra ó espere que el médico examine a su hijo le señale que medicamento utilizar y a que dosis. Recuerde que las dosis pediátricas se calculan de acuerdo al peso del niño.
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