La mala salud mental es un problema mundial que tiene un impacto significativo en la calidad de vida de las personas. Las enfermedades mentales afectan a 1 de cada 6 adultos que viven en Inglaterra y son más comunes entre las mujeres que entre los hombres. Lo que sí se sabe es que los tratamientos disponibles actualmente para la depresión (por ejemplo, los medicamentos antidepresivos) no son eficaces en todos los casos, lo que ha suscitado un gran interés por otras posibles terapias, como una dieta más saludable.

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¿Cuál es la relación entre la dieta y la depresión?

Los procesos de oxidación e inflamación son reconocidos por su papel en las enfermedades del corazón. Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que también pueden estar implicados en la depresión. Ya sabemos que seguir un patrón dietético saludable como la dieta de estilo mediterráneo, rica en vitaminas, minerales y fibra, así como en otros bioactivos, puede ayudar a proteger contra las enfermedades cardiovasculares.

¿Qué es un patrón dietético más saludable?

La dieta mediterránea es quizás la dieta mejor estudiada por sus efectos beneficiosos para la salud. Los principios de esta dieta constituyen la piedra angular de muchas directrices nacionales de alimentación saludable, incluida la Guía Eatwell del Reino Unido. Se caracterizan por

  • Un mayor consumo de verduras, frutas, cereales integrales, marisco, frutos secos, semillas y legumbres
  • Un consumo moderado de lácteos
  • Grasas insaturadas como fuente importante de grasa, por ejemplo, el aceite de oliva
  • Menor consumo de carne grasa/procesada, cereales refinados, alimentos y bebidas azucarados
  • Menor consumo de sal y de grasas saturadas

¿Cuáles son las pruebas de los patrones dietéticos y la depresión?

La única forma de determinar realmente la causa y el efecto es mediante estudios controlados aleatorios. Hasta la fecha sólo se han realizado un número limitado de ensayos de este tipo. En dos estudios australianos, animar a los participantes deprimidos a seguir una dieta más mediterránea, ya sea mediante consejos dietéticos o proporcionando cestas de comida y clases de cocina, mejoró significativamente sus síntomas (en comparación con un grupo social de control). Sin embargo, aunque es prometedor, se necesitan más estudios como éste para saber si existe una relación causal entre los patrones dietéticos saludables y un menor riesgo de depresión.

¿Cuáles son los retos futuros de esta área de investigación?

La dieta y la salud mental es un campo de investigación fascinante y de rápida aparición, aunque presenta varios retos. Medir con precisión lo que la gente come siempre ha sido difícil. Además, los síntomas de la depresión pueden ser diagnosticados clínicamente o autodeclarados, y hay una serie de cuestionarios diferentes que se utilizan para ello.

A pesar de las limitaciones, es posible que las recomendaciones dietéticas sean más reconocidas no sólo para reducir el riesgo de enfermedades físicas crónicas, como las cardiovasculares y el cáncer, sino también como forma de proteger nuestro bienestar mental.